lunes, 9 de marzo de 2020

Kathmandú (काठमांडौ)


Situada en un valle rodeado por las montañas del Himalaya a 1.400 m de altitud, encontramos Kathmandú (काठमांडौ), capital de Nepal, con una población registrada en censo de más de 1 millón de habitantes.

Esta entrada del blog es muy especial para mí (Txell). No se trata de una entrada donde explique interesantes rutas de montaña ni trekkings pero si explicaré nuestra semana de Octubre en Kathmandú y alrededores.

Cuando David me propuso que fuera a buscarlo una vez hubiera acabado el esperado trekking y que hiciéramos turismo por Kathmandú me pareció una idea estupenda. Por dos motivos: porque llevaría 3 semanas sin verlo y sabía que lo echaría de menos, y porqué me encantan este tipo de países con una cultura y unas costumbres tan distintas a las nuestras y que te hacen desconectar de nuestra ajetreada vida.

Después del esperado momento embarqué con destino Qatar. Quien me conoce, sabe que me encanta hablar con gente de todos los lugares, así que me tocó sentarme al lado de una pareja japonesa y ya os podéis imaginar; todo el vuelo hablando de Japón  y recordando el viaje que pasé con David el año pasado. Al bajar del avión, Qatar ya me impresionó; parecía estar en una nave espacial más que en un aeropuerto, con trenes que pasaban por el techo y el impacto cultural de ver a mujeres tan tapadas que sólo se les veían los ojos.

Aeropuerto de Qatar (foto extraída de internet)

Una vez sentada en el avión conocí a un doctor nepalí que se sentó a mi lado. Hablar con él me dio una tranquilidad impresionante, una paz, pensé tenemos mucho que aprender de la cultura nepalí! A parte de explicarme sus vivencias como doctor por algún país cercano, le expliqué la aventura de David y se quedó muy sorprendido que no fuera con porteador ni guía! De golpe me quedé dormida, pero el compañero de avión me despertó cuando ya estábamos llegando a Kathmandú para enseñarme las montañas del Himalaya y explicarme cual era cada una. Le agradezco mucho que lo hiciera, ya que de no ser así, no las habría visto.

Al llegar al aeropuerto me impactó ver la tranquilidad con la que trabaja el personal del aeropuerto a pesar de tener colas enormes de gente esperando para entrar a Nepal. Hice los trámites necesarios del visado y después pasé por la policía. Todo esto me llevo más de 2 horas y yo estaba nerviosa porque tenía miedo que el equipaje se perdiera ya que llevaba mucha ropa para David y para mí para pasar la semana. Cuando llegué a la sala donde hay las cintas con los equipajes, las cintas no se movían y los equipajes estaban todos juntos en el suelo (cómo unas 200 maletas) y le tuve que decir al personal del aeropuerto cual era la mía aunque me costó un poco encontrarla.

Tenía muchísimas ganas e ilusión de reencontrarme con David, abrazarlo y que me explicara en persona su súper experiencia. Me estaba esperando en la puerta del aeropuerto y cuando lo vi me lancé encima de él; hacía 3 semanas que no lo veía y no me lo creía!

Después de llegar al hotel que yo había reservado, comimos allí “Mo:mos” y pollo. Se notaba mucho que yo quería probar comida nepalí pero que David ya estaba cansado de ella, como es normal, después de tres semanas sin probar ninguna otra  comida.

Fuimos a dar una vuelta por el Thamel, que es el barrio comercial de Kathmandú. Me recordó mucho a países pobres en los que había estado de Africa pero era muy diferente porque nadie pedía dinero y podías pasear tranquilamente. Había muchos cables y las calles estaban sin asfaltar. Me sentí como si estuviera en mi casa. No sé qué me pasa que cuando voy a países pobres me siento mucho más feliz e identificada que en países más ricos.

Este primer día estuvimos charlando mucho, contándonos nuestras 3 semanas y planeando qué visitaríamos los días siguientes.

Día 1 :  Durbar square – Jardín de los sueños-  Boudhanath– Tempo de Monos

Nos despertamos muy temprano para aprovechar bien el día y después de desayunar en el Hotel fuimos a perdernos por las calles de Kathmandu.

El primer impacto fue ver la cantidad de perros que hay por la calle, bien cuidados. Los perros, en Nepal, son considerados sagrados ya que consideran que son guías que ayudan a las personas a irse bien al “otro mundo”, por lo que siempre veréis cuencos de comida por la calle para ellos y que viven la mar de tranquilos. Ya sólo con esto, tenemos que aprender mucho.

Típica calle Nepalí con la multitud de cables

Encontrábamos Spudas por todos sitios, de más pequeñas o más grandes pero siempre decoradas con las famosas banderas nepalís.


Antes de llegar a la Durbar square pasamos por calles repletas de puestos con comida donde se puede ver que la gente se dedica a vender todo lo que puede o tiene.

Típica calle con comerciantes locales

La entrada a la Durbar Square para los turistas es de 10€ que me parece muy bien, siempre que se invirtiese en restaurar los destrozos del devastador terremoto del 2015. Pero no es así, solo se restauran aquellos en los que otros países están invirtiendo dinero en restaurar templos y edificios considerados patrimonio de la humanidad.



Dentro de la plaza Durbar está Kala Bhariab, del que después de observar como rezaban en él, yo con todo mi respecto también lo tenía que hacer. Tenía que pedir gracias de muchas cosas y una de ellas era poderme encontrar con David de nuevo en Nepal.

Kala Bhairab



En las calles encuentras que la gente trabaja, que los niños van a la escuela con uniforme, que las motos y los coches pasan por sitios inimaginables. Pero todo fluye, sin estrés pero sin pausa.


Y llegamos al Jardín de los sueños: yo diría que el parque más tranquilo de la ciudad donde la entrada cuesta unos 5€. Todo está muy limpio, cuidado y se respira una calma espectacular.



Como una niña más, no puedo irme sin columpiarme en el columpio más curioso que he visto nunca aguantándose por una cañas de bambú


Hoy tocaba probar Dal Bhat, que me encantó y fue mi plato estrella durante muchos días.
Ya por la tarde, y después de regatear el precio con un taxista local fuimos a Boudhanath, que es uno de los lugares más sagrados por los budistas en Kathmandú y es una de las mayores stupas esféricas en Nepal. Es uno de los lugares considerados patrimonio de la Humanidad.



Hay que girar las ruedas de oración por la derecha y lo hice recitando uno de los mantras que recito en mis clases de yoga.

Con el mismo taxista fuimos a Swayambhunath (o el templo de los monos). Para llegar a él hay que subir 365 escalones, pero merece mucho la pena, ya que tienes una vistas a Kathmandú espectaculares. En él encontramos monos por todas partes. Los monos no son violentos ni hacen nada a los turistas pero hay que tener sentido común y saber que hay cosas que no se deben hacer como molestarlos o estar comiendo delante de ellos, ya que son capaces de robarte la comida.





Nos despedimos de las familias de monos

Regresamos al hotel y planeamos la salida del día siguiente.

Día 2: Patan – Baktapur

Nos levantamos temprano para aprovechar bien el día y en nuestra búsqueda de un taxista nos topamos con un chico que nos propone llevarnos a Patan y Baktapur. Tenía el coche impecable, conducía muy bien a pesar del caos de la ciudad y alrededores. Así que ya se había ganado unos clientes más.

Primero fuimos a Patan que es una de las ciudades budistas más antiguas que existen en el mundo. Aunque sólo está a 10 Km de Kathmandú se tarda más de 1 hora por las carreteras que tienen. Lo que impacta de Patan es la cantidad de templos y santuarios que tiene; así como lo poco que afectó el terremoto en sus templos.


Plaza Durbar de Patan con el palacio real

Plaza Durbar de Patan con el palacio real

Posteriormente nos dirigimos a Baktapur, que es uno de los principales atractivos turísticos del Nepal, declarada la Plaza Durbar patrimonio de la humanidad. La ciudad está edificada en forma de triángulo formado por los tres templos del dios Ganeshaa las afueras de la ciudad que protege la misma.



No podía irme de Baktapur sin subir al templo Nyatapola

Así como comprarle a David un gorro hindú que muchos llevaban por la calle

En Baktapur todo se ve mucho más limpio, no hay el caos de Kathmandú

Las dos plazas Durbar me encantaron, son preciosas y encima parece que estás muy lejos de Kathmandú por la tranquilidad que se respira.

Después de esta fantástica salida de mañana decidimos volver a Katmandu y probar un bar cercano al hotel que me llamaba mucho la atención, donde los mo:mos eran buenísimos.


Por la tarde aprovechamos para ver más a fondo el Thamel, ya que el primer día lo hicimos muy rápido y descubrí que yo en Nepal tenía un problema! Me gustaba toda la ropa, y objetos que ofrecían. Aunque aquella tarde era sólo mirar para decidir el último día qué comprar.

Dia 3: Templo Budhanilkantha- Monasterio Kopan - Templo Pashupatinath

Después de un buen desayuno en el hotel, nos dirigimos a encontrar a un taxista para que nos llevara por la mañana al Templo Budhanilkantha y al Monasterio Kopan, lástima que el chico que tan bien nos había llevado a los sitios el día anterior no estaba delante del hotel.

El Templo Budhanilkantha es un templo al aire libre hindú dedicado al Señor Vishnu. Se puede observar una gran estatua del Señor Vishnu. Dentro del templo sólo pueden entrar hinduistas a adorarlo con pétalos de flores o pinturas, pero desde fuera se puede ver muy bien.


A mí me impactó mucho ver el ritual, tanto es así que yo también me puse mis manos sobre mi pecho en postura de oración, para sentir a un más todos los mantras que estaba oyendo.  Un monje me vio desde dentro del santuario y me llamó para que entrara. Me puso el tercer ojo del hinduismo; que era con una especie de pasta de arroz pintada en rojo y después una señal amarilla, además se inclinó delante de mí y sentí una energía muy buena. El símbolo del tercer ojo está asociado al despertar de la conciencia.

Meditando con mi tercer ojo puesto por un monje hinduista

Posteriormente fuimos al Monasterio de Kopan, se trata de un monasterio budista tibetano que se encuentra aislado encima de una montaña.

En este Monasterio hacen retiros espirituales y también se enseña el budismo a los extranjeros occidentales. La entrada es gratuita, pero obviamente hay que estar en silencio y puedes disfrutar de los preciosos jardines que tienen. Hay muchas zonas donde se hace meditación, donde los visitantes no pueden entrar. Se respira una paz impresionante en este monasterio. Además, estábamos prácticamente solos y durante nuestro paseo nos encontramos con niños estudiantes budistas comiendo dátiles, como una chuche para los de aquí.



Estudiantes de budismo

Para quien no lo sabe yo practico en Sabadell kundalini yoga desde hace más de 1 año y medio. Por lo tanto, no me podía ir de este centro budista sin hacer una buena meditación cantando interiormente algún mantra.

Meditando con vistas a Kathmandú

Y después de estar 4 días en Kathmandú pude ver una montaña nevada!

Frases ciertas y que llegan al alma:



Cuando llegamos al hotel nos encontramos con el taxista del día interior y le dijimos de quedar a las 15h para ir al Templo Pashupatinath. Es uno de los templos más importantes de Shiva en el mundo. Se encuentra al lado de las orillas el río Bagmati.

Para mí fue muy impactante asistir a la ceremonia de cremación de los muertos. Era muy emotivo ver todo el proceso: primero los bañan en el río con sus familiares para que estén limpios, después los decoran con flores, pinturas, velas. Posteriormente, hacen un ritual con la familia y los queman. Pasan por lo tanto, por todos los estadios de la naturaleza: agua, fuego, viento y tierra. Era sorprendente ver como los niños se lo tomaban como algo normal, ver el respecto que la gente tenía a esta ceremonia, ver con qué naturalidad lo hacen. Te da mucho que pensar, te enseña que aquí estamos de paso y ellos están seguros que su alma renacerá en otro cuerpo, por lo tanto están tristes obviamente pero su duelo es diferente al nuestro.


Con los sadhus del templo





Y nos encontramos vacas, animales sagrados del Nepal paseando tranquilamente

Dia 4 y 5 : Yoga en Kathmandú y de compras

Los días que quedaban pude hacer una clase de Yoga en el centro Pranamaya Yoga. Me gustó mucho poder hacer el Hatha Yoga, aunque no es el habitual que yo practico. Como se estructuró la clase estaba muy bien y poderlo hacer en Nepal hizo que fuera más especial aún.

Después de esta relajante sesión fuimos a pasear por el Thamel y a ver tiendas.
Yo no me quería ir de Kathmandú sin ir al mercado local (donde los propios locales compran) y me fascinó poder comprar regalitos para mí y para nuestros seres queridos  en un sitio tradicional. Soy consciente que aunque regateaba con ellos no me dejaban los productos a los mismos precios que a la gente local, pero aun así era muy barato para nosotros. Me gustó mucho ser de los pocos turistas que estábamos en la zona y mezclándonos con la cultura nepalí. David, mientras yo regateaba, se apartaba un poco porque para él el precio inicial que decían ya le parecía más que correcto. Para mí también, pero el regateo forma parte de su cultura.

Además fuimos a ver una tienda que regentan sólo mujeres y que dan puesto de trabajo a mujeres, que son el colectivo más castigado de Nepal. La tienda se llama Local Women’s Handicrafs  y es una pasada tanto el trato recibido como la calidad de los productos. Allí me compré unos pantalones para hacer yoga que van de fábula. Además en esta tienda los precios no se regatean. Me hicieron un dibujo precioso con henna.


Cabe destacar que yo todas las noches, después de cenar, me ponía en el balcón de la habitación simplemente a observar como transcurría la vida por el Thamel y sus pequeñas tiendas.

Si tuviera que describir este viaje sería: el caos del Thamel, las vacas libremente por las calles, diferentes rituales vividos desde el primer día, recitar mantras dando vueltas a las ruedas de oración, ver que los nepalís no tienen nada pero lo tienen todo, ir por la vida sin prisa pero sin pausa, sonreír ante todo, sin normas de circulación pero sin accidentes de tráfico, el constante regateo que se considera al final como un juego, buenos comerciantes y negociantes, no intentan engañarte a pesar de ser turista, si no tienen algo te dicen que no lo tienen, la libertad de los perros que van por la calle, que reciben comida y cuidados de los nepalís, familias enteras en una moto, con sus niños bien cogidos, y ante todo calma, mucha calma y vivir la vida.

De este viaje hemos descubierto una nueva cultura fantástica que nos enseña la importancia de vivir el momento, el ahora, sin pensar mucho en el futuro ni en lo que pasó. Una gente que nos enseña que a veces tenemos demasiadas cosas que no nos hacen falta y que con menos podríamos vivir muy bien también. Que la comida nepalí es deliciosa y que no tienen nada que envidiar de otros países.
Podemos valorar muy positivamente donde vivimos con todos los servicios que tenemos, pero a veces nos falta disfrutar de las pequeñas cosas y tener más tiempo para ser más felices.

Definitivamente, este viaje nos ha marcado un antes y un después, ya que en Nepal pasó de todo y todo fue bonito e inolvidable, por lo que recomiendo enormemente visitar este país.

Está claro que tenemos que volver porque nos han quedado muchas coses pendientes.

La magia vivida en Nepal nunca la voy a olvidar.

Saludos!!!

11 comentarios:

  1. Hola Txell (y David)

    Me lo he leído de cabo a rabo sin pestañear!! Muy ameno, bien explicado y muy bien escrito, y, junto con las fotos, hace un crónica de los días en Katmandú muy chula y didáctica.

    Me hace gracia que, claro, tú (como a mí me habría pasado también) llegaste con ganas de probar la gastronomía local, y te encuentras a David que está loco por comerse una hamburguesa con patatas y cosas de ese estilo, aunque bueno, tuvo previamente dos días en Katmandú para aclimatarse al gentío, a la hamburguesa, a la cerveza y ....la ducha también, jajaja!!

    Salud y a seguir así de bien!!!

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    1. Hola Toni,
      Me alegro mucho que te haya gustado la entrada resumen que he hecho de Kathmandú!
      La verdad es que es una ciudad a la que me gustaría volver tarde o temprano.
      Jajaja la verdad es que hizo muy bien de tener unos días para poder ducharse y aclimatarse a la gente de nuevo!
      Fué una experiencia muy bonita para los dos!
      Un abrazo!
      Txell

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  2. Quin viatge, quina cultura, quina gent...per uns minuts m'he pogut traslladar a Kathmandú i poder recórrer els seus carrers gràcies a les vostre explicacions. Moltes gràcies per compartir-ho! :D

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    1. Hola,
      Ens alegrem molt que t'hagin agradat les entrades i que t'hagis pogut traslladar a Kathmandú i al trekking durant un temps.
      Una abraçada,
      Txell

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  3. Hola Txell,

    M'ha agradat molt la forma d'explicar la nostra aventura a Kathmandú, m'ha fet reviure totes les nostres aventures en aquest país tant meravellòs.

    A veure si d'aquí uns anys podem tornar a visitar Nepal, però en aquesta ocasió hem d'anar tots fins el Camp Base de l'Everest, així podreu veure aquestes muntanyes tant maques que m'han fascinat.

    Molts petons!!!

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    1. Hola, David.
      Amb lo exigent que ets, que diguis que t'ha agradat molt la meva entrada vol dir que està molt ben feta jajaja.
      Penso que aquesta aventura ens ha marcat un abans i un després a les nostres vides, que ens ha fet valorar el que tenim al nostra costat (van ser 3 setmanes molt dures!) i que ens demostra la confiança i el recolzament que tenim un del altre.
      Tal i com dius, desitjo tornar i que hi anem tots! Doncs serà una aventura diferent; en la que has tingut ocasió de viure en solitari i en familia.
      T'estimo molt i se que les nostres aventures no deixaran de crèixer i de sumar a partir d'ara.
      Petons!!
      Txell

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  4. Hola Txell.

    Va haver de ser emocionant retrobar-te amb David després d'haver estat tres setmanes sense veure'l, i molt especial que eixa retrobada fos en Kathmandú, millor indret perquè David t'expliqués les seues aventures per les fascinants muntanyes de l'Himàlaia, impossible.

    T'ha quedat un reportatge molt maco, amb totes eixes fotos i la detallada descripció, que il·lustren a les mil meravelles com es la cultura, religió, gastronomia, costums i tradicions de Kathmandú i el Nepal, podria servir perfectament com una guia turística de la ciutat.

    També m'ha agradat molt que hagis reflectit al repor aspectes, sobre tot reflexions, més personals, i és que visitar països com aquests ha de marcar molt, sobre tot a nivell espiritual.

    Enhorabona per l'experiència!!

    P.D. David, para la próxima ruta que hagamos juntos podrías llevar puesto ese gorro hindú, que te queda muy bien ;-)

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    1. Hola, Dani.
      Doncs si va ser molt emocionant veure'ns després de 3 setmanes, semblava que no podia ser!
      Moltes gràcies, m'alegro que t'hagi agradat el reportatge. He intentat transmetre el que va significar per a mi aquest viatge i els sentiments que anava experimentant desde el inici.
      Degut a que practico ioga vaig tenir la possibilitat de viure de molt a prop aquesta energia, els mantres i a més, fer una classe de ioga! Només em va faltar el retir espiritual però per això necessitava més temps jajaja.
      Desitjo que hi podem tornar, tots junts i a també a fer una part del trekking.
      M'encanta la teva idea de que porti el gorro hindú, si és que la queda molt bé!! jajaja quin caxondeo hi va haver amb el venedor del gorro que reia mentre's li possava perquè veia que el cap del David era molt més gran que el seu!
      Una forta abraçada,
      Txell.

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  5. Ey Txell!!
    Religión, montaña, gastronomía, meditación, paisajes, sabores y olores. Se nota que Nepal se queda en el pensamiento de quienes lo visitan si estas dispuesto a escuchar su cultura. Y a ti que te gusta el yoga y su mensaje de espiritualidad, te habrás encontrado tan a gusto.
    En contrapartida, todo ese desorden que parecen sean las calles de Kathmandú, pero forma parte de su estilo de vida.
    Muy bien aprovechada esa semana y como decís, quizás algún día volver para seguir enriqueciéndose de una forma de ver la vida, de la que tendríamos que aprender cosas.
    Me alegra por los tres ;)
    Nanaste!

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    1. Hola Javi!
      Exacto, yo a allí me sentía en mi mundo jajaja cuando estábamos en los templos y hacía rodar las ruedas de oración recitando un mantra o simplemente recibiendo la buena energía que te dan los nepalís!
      Deseo poder volver algún día de nuevo ya que no han quedado muchas cosas pendientes por hacer y visitar.

      Un fuerte abrazo
      Namaste!

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  6. Hola Txell.

    Menudo contraste entre Qatar y Nepal!. Aunque en este caso, el pueblo Nepalí como el Indio, demuestran que con muy poco se puede ser feliz, una cultura totalmente contraria a la nuestra.

    La visita a Nepal, a mi forma de ver, debería ser obligatoria para todos, creo que una vez se visita, hay un antes y un después en la mayoría.

    Katmandú, a pesar del terremoto mantiene su belleza intacta, y además en esta entrada demuestras que además de la ciudad, todo el entorno merece la pena y no solo sus montañas.

    Un saludo

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