Para esta última etapa desandaremos los pasos de los dos primeros días, que nos llevarán a unir Namche Bazaar con Lukla, donde una avioneta nos llevará de vuelta a Kathmandú.
Toda aventura tiene un principio y un final, y hoy llegamos al final de una ruta que nos ha llevado a conocer algunas de las montañas más altas del planeta y compartir el día a día con una gente muy amable y con un respeto por la naturaleza que todos deberíamos aprender.
Ya metidos en faena, hoy tocaba levantarse temprano para empezar el descenso, caminando por unas calles casi desiertas que nos permiten descubrir un Namche Bazaar mucho más tranquilo que cuando va avanzando el día.
Las calles de Namche Bazaar están muy tranquilas a estas horas |
En la salida del pueblo encontramos esta bonita stupa |
Así como una bonita zona construida tras el terremoto |
Late Pemba Doma Sherpa, primera Nepalí en ascender el Everest por la cara Norte |
Vamos saliendo de Namche en casi total soledad mientras un sentimiento de pena nos recorre el cuerpo al contemplar las preciosas montañas que vamos dejando atrás mientras recordamos las bonitas vivencias de estos espectaculares días.
Vamos saliendo de Nanmche Bazaar |
Decimos adiós a sus bonitas montañas |
Namche Bazaar |
Empezamos el descenso por un precioso bosque de coníferas, más concretamente de cedros del Himalaya o Cedrus deodara, de una altura impresionante que flanquean un ancho sendero, nada que ver con los caminos estrechos y pedregosos que nos acompañaron no hace tantos días.
Los senderos son mucho más anchos que días atrás |
Aunque no por ello dejan de tener su aquel |
El descenso no da tregua, y justo en una zona de descanso donde hay unos baños miramos entre los árboles y sí, el majestuoso Everest nos quiere recompensar el enorme esfuerzo realizado, y con un cielo azul y despejado se nos muestra para decirnos adió, o hasta la próxima, eso nunca se sabe.
El Everest quiere despedirse de nosotros |
Hasta el cauce del río nos tocará descender |
Continuamos el descenso, en el que nos encontramos con una caravana de burros que desciende lentamente, por suerte podemos coger uno de los atajos que utilizan los porteadores para adelantar a los turistas y así poder adelantar a la caravana.
Van apareciendo caravanas de burros |
El Taboche también quiere despedirse de nosotros |
Ya aparece el puente de Sir Edmund Hillary |
Tras sobrepasarla enseguida llegamos al impresionante puente de Sir Edmund Hillary, que cruzaremos con mucha más soltura que lo hicimos al principio de la ruta, además hoy será un día de puentes, por lo que toca estar preparado para lo que nos vendrá.
Que gozada poder cruzarlo sin apenas gente |
El Dudh Koshi ya baja con fuerza |
Ahora toca bajar por un camino muy vertical, con escaleras en el tramo final, que nos dejará muy cerca del cauce del Dudh Koshi, donde merece la pena mirar atrás y disfrutar de las vistas de tan espectacular puente.
Espectacular cuenca la que forma este precioso río |
Ya dejamos atrás el espectacular puente |
Durante un rato el camino se suaviza y nos permite disfrutar de la fuerza del agua, de los puentes y de la exuberante vegetación que crece por todas partes.
Vamos acercándonos al siguiente puente |
Que tranquilidad se respira en soledad, solo con el rumor del agua |
A estas horas son los porteadores los auténticos dueños de los caminos |
Enseguida llegamos a Jorsalle, donde tras cruzarlo nos encontramos con un pequeño repecho donde van apareciendo locales, ya que los senderistas aun no dan señales de vida.
La entrada de Jorsalle nos recibe con losas de oración |
Y nos despide con una suave subida |
Impresionante |
Continuamos cruzando puentes hasta llegar al pequeño pueblo de Monjo, al que accedemos por una fuerte pero corta pendiente.
Monjo cada vez está más cerca |
Justo detrás de esa entrada |
En Monjo ya decimos adiós al Parque Nacional de Sagarmatha, y es salir del parque y encontrarme una horda de personas que está realizando los trámites para sacarse el permiso de entrada, así como haciendo cola en el puesto de control, por lo que intento salir de esa aglomeración lo antes posible.
Hay que dar las gracias a la montaña por dejarnos disfrutar de todos estos días |
Nos despedimos del parque nacional |
Cada vez va apareciendo más gente |
Conforme avanzo entre preciosos bosques, puentes y cascadas, poco a poco va apareciendo más y más gente, que tras la soledad de los últimos días hace que me agobie un poco, pero tendré que irme acostumbrando, que será la tónica a partir de ahora.
Preciosa salida de Monjo |
En esta zona hay más porteadores que en altura |
El agua es una de las protagonistas del día de hoy |
Poco a poco van apareciendo más subidas |
Vamos cruzando el Dudh Koshi de lado a lado mientras realizamos algún sube-baja, más baja que sube, por senderos ya mucho más humanizados, pero no por ello feos, ya que esta gente intenta mimetizarlos todo lo que puede con el entorno.
Nos tocará ir avanzando a las caravanas poco a poco |
Preciosas cascadas iremos encontrando |
Hoy si que nos podemos parar a contemplarlas tranquilamente |
Empiezan a aparecer senderos empedrados |
Toca esperar a que pasen los burros |
Mucho antes de lo planeado llegamos a Phakding, y entre que es muy temprano y que el groso de gente ya ha pasado, decido continuar mi descenso con tal de no volver a tener que cruzarme con tanta gente, por lo que acortaré un día la ruta.
Phakding se prepara para atender a las gentes que irán llegando en el días de hoy |
A partir de aquí los senderos nos van llevando entre una frondosa vegetación de pueblo en pueblo, todos ellos con sus calles empedradas, sus losas de oración y sus bonitas stupas, que gracias a un precioso día soledao me permiten disfrutar de ellos, cosa que no pude hacer el primer día por culpa de las lluvias.
Es una delicia transitar por estos senderos |
Los largos puentes no dejan de sucederse |
Que precioso color tiene el agua en el Himalaya |
Cada vez aparecen más mantras |
Así como pequeños conjuntos religiosos |
Al llegar a Nurnig Ghat, punto más bajo de toda la ruta, 3.000 metros por debajo del punto más alto al que estuvimos, el sendero empieza a ascender, eso sí, por un sendero muy cómodo y bonito, no se yo si lo noto poco empinado por la aclimatación, pero me pareció un paseo, un precioso paseo que nos mostraba, si nos parábamos a mirar atrás, un precioso valle, moteado por pueblecitos, todos ellos con sus campos de cultivo.
Estos senderos ya se ven más humanizados |
Llegamos al punto más bajo de toda la ruta |
Caminar por estas sendas da mucha tranquilidad |
De vez en cuando te regalan rincones tan preciosos como este |
Así como unas vistas de vértigo del valle |
Poco a poco nos vamos acercando a nuestro destino final, Lukla, esos sí, antes de llegar tenemos que empaparnos de la belleza de este precioso lugar por el que el pueblo sherpa ha construido unos preciosos senderos empedrados por los que es una delicia caminar.
Cada vez hay más y más losas de oración |
Así como campos de cultivo |
Bonita stupa |
No somos muchos los que terminamos la ruta en estas fechas |
Espectacular visión |
Ahora sí, llegamos a Lukla, donde volvemos a pasar por el mismo pórtico por el que pasamos 15 días atrás llenos de ilusión, sin saber las impresionantes vivencias que nos han enriquecido y nos han ayudado a ver la vida y la montaña de otra manera.
Llegamos a Lukla |
No podía faltar girar las ruedas de oración |
Los yaks también quieren despedirse de nosotros |
En Lukla me iba a tocar buscar un lodge en el que pasaría los próximos días hasta que saliese la avioneta, y el elegido fue el Mera Lodge, un acogedor sitio donde me volví a encontrar con Eyal, el israelita con el que coincidí los primeros días de trekking, aunque él solo paró allí para comer.
Sala común en la que pasaré varios días |
La primera noche la pasé solo, pero ya el segundo día llegó Feliu y se quedó también en el mismo lodge, pero al estar yo solo durante todo el día aproveché para ver aterrizar y despegar las avionetas en el aeropuerto de Lukla, impresionante estos pilotos como son capaces de hacerlo en una pista de apenas 450 metros de longitud.
Aquí se aprecia muy bien la inclinación de la pista |
Así como lo corta que es |
El día siguiente ya nos tocaba volar y regresar a Kathmandú, pero aquí no acababa la historia en Nepal, ya que dos días después llegaría Txell, y junto con ella, descubriríamos la capital de Nepal y nos empaparíamos de la cultura Nepalí y sus gentes, disfrutaríamos de su gastronomía y monumentos, pero eso ya os lo explicará Txell.
Tras 18 días sin probar la carne y la cerveza, primera cena tras volver a Kathmandú, rica hamburguesa con ketchup casero |
Una vez acabada la aventura en solitario, y ya viéndolo en perspectiva, es una experiencia que recomiendo a todo aquel al que le guste la montaña, ya sea para realizarlo en solitario, en pareja, en familia o en grupo, con guía, porteador o sin él, eso es completamente irrelevante, lo más importante es disfrutar cada uno de los días en los que estés allí, haga el tiempo que haga, maravillarse con las enormes y preciosas montañas, sus sobrecogedores glaciares, su flora y fauna únicas, sus preciosos valles y aprender de la filosofía de vida del pueblo sherpa, su impresionante respeto por la naturaleza y su positiva forma de ver la vida.
A continuación os hago un pequeño resumen de los números de la ruta:
- Tipo de ruta: Lineal
- Dificultad técnica: Fácil
- Dificultad física: Fácil
- Distancia: 18,95 Km
- Altitud al inicio: 3.440 m
- Altitud al final: 2.840 m
- Ganancia de altura: -600 m
- Punto más alto: 3.440 m
- Punto más bajo: 2.545 m
- Desnivel positivo: 625 m
- Desnivel negativo: 1.320 m
- Desnivel acumulado: 1.140 m
- Cimas ascendidas: 0
- Tiempo empleado: 4 horas 56 minutos
- Tiempo en movimiento: 4 horas 40 minutos
- Velocidad media: 3,82 Km/h
- Ritmo: 15:42 min/Km
Os adjunto el track de Wikiloc de la ruta: Día 16: Namche Bazar - Lukla
Saludos!!!
David
ResponderEliminarNo cal dir massesparaules
Brutal, tant tota la ruta com la descripció de cada dia.
Esperava la publicació cada poder-setmana perte lledir
Felicitats.
Hola Gabi,
EliminarQuin gust llegir les teves paraules, fan que donguin ganes de seguir escribint el blog.
Moltes gràcies per anar seguint les nostres aventures a Nepal.
Dilluns encara falta una última entrada sobre Kathmandú que escriurà la meva parella, et recomano que la llegeigis, que de ben segur que t'agradarà.
Salut i muntanya.
Ostis el corrector....
ResponderEliminarEsperava la teva publicació cada setmana per poder-te llegir
Felicitats
Hola David.
ResponderEliminarMe entra un poco de pena al saber que se va acabando este fantástico periplo por el Himalaya, pero es que llevo no sé cuantas semanas leyéndome tus crónicas todos los lunes y me encantaba (Bueno ahora volverán a tierras más conocidas ;-)
Me imagino que al igual que hay que aclimatarse a la altura, hay que reaclimatarse al gentío, porque tantos días solo y a tu bola, y de repente, gentes por aquí, gentes por allá (debe ser chochante también)
Madre mía madre mía como te sabría de rica esa hamburguesa con patatas!! 18 días sin cerveza, a mi me da el patatus!!! Aunque me comento Dani que también estuviste 18 días sin ...ejem ejem...una ducha. Me imagino que para la llegada de Txell remediarías eso, porque si no, a la que le da el patatus es a ella, jajajaja.
¡¡Salud y hamburguesacas!!
Hola Toni,
EliminarMe alegra mucho haber podido hacer que los siempre duros lunes hayan sido un poquito menos duros con mis historias por tierras nepalís, pero como dices, ahora volvemos a lugares más cercanos, pero no por ellos menos bellos, ya que en la naturaleza no hay rincones mejores o peores, cada rincón tiene su encanto, y es en el saber disfrutar de este lo que hace tan bonita nuestra afición por la montaña, que nunca deja de sorprendernos.
Me resultó más sencillo aclimatar a la altura que al gentío... jajaja
No se si fue por llevar tanto tiempo sin probar la caarne, pero me pareció una de las mejores hamburguesas que he probado nunca... jajaja, y además con ketchup que hacían ellos mismos, no en vano cuando llegó Txell la llevé para que la probara.
Pues sí, no lo voy a negar, 18 días sin ducha, aunque sin cerveza no tantos, ya que nada más llegar a Lukla me tomé una... jajaja.
La verdad es que llegar dos días antes fue para poder estar los dos días debajo de la ducha, que había mucha roña por quitar y sinó Txell no me habría querido tocar ni con un palo... jajaja
Salud y duchas calentitas!!!
Hola David.
ResponderEliminarMe imagino que al llegar de nuevo a Lukla debiste experimentar sensaciones encontradas, por una banda la euforia y el júbilo de haber finalizado con éxito, y sin ningún tipo de percance esta apasionante aventura que llevabas anhelando realizar desde tanto tiempo y para la que te habías estado preparando a lo largo del año. Y por el otro lado seguro que sentirías tristeza, tristeza por dejar atrás estas majestuosas montañas, con sus valles, sus glaciares, sus pueblos y sus gentes... y que seguro que marcarán un antes y un después en tu vida. Supongo que todos habremos tenido esos sentimientos encontrados, al abandonar un sitio que nos ha gustado y en el que hemos estado un periodo determinado de tiempo, pero creo que tratándose de las montañas más altas de la tierra esa sensación se multiplicará por 10.
Y al igual que a Toni, también me entra un poco de pena al ver que se terminan estas crónicas senderistas del Himalaya, y que he seguido con pasión durante los últimos tres meses, en los que esperaba con impaciencia a que llegase el lunes, y con él una nueva entrega de tus aventuras por los Cielos de Asia. Pero me consuela saber que aún tendremos, y de la mano de Txell, alguna historia más en tierras nepalies, y que leeré con la misma ilusión que he leído las tuyas.
Un abrazo amigo mío, mi más sincera enhorabuena por la experiencia y también mis más sinceros agradecimientos por haberla compartido con nosotros.
Hola Dani,
EliminarComo dices, estos sentimientos se nos presentan cada vez que realizamos una ruta que nos ha llenado, y esta no iba a ser menos, además no solo por las impresionantes montañas que había conocido, sino también por las gentes y la cultura del pueblo sherpa, que me han hecho ver la vida de otra manera y valorar muchas cosas que tenemos, que damos por sentadas, que en otros lugares son auténticos lujos, como el poder dispone de agua caliente nada más abrir el grifo.
Me alegra mucho leer estas líneas en las que me decís que os lo habéis pasado bien leyendo estas crónicas que he escrito con tanto cariño, algunas mejor escritas que otras, pero en las que he puesto todo mi esfuerzo, y ver que os han gustado hacen que uno se alegre de compartir sus experiencias con el resto del mundo.
Seguro que la crónica de Txell os gustará mucho, así podréis descubrir bonitos rincones de Kathmandú y sus alrededores, una ciudad preciosa donde pasamos unos días inolvidables.
Un fuerte abrazo, muchas gracias por tus palabras, ahora a ver si este año podemos quedar más y descubrir más rincones naturales.
Hola David,
ResponderEliminarAquesta aventura en solitari t'ha portat experiències inolvidables, moltissimes anècdotes, conèixer a gent de tots els indrets i diferents cultures; però sobretot està envoltat de les muntanyes més altes del planeta!
Entenc que tinguessis un sentiment oposat; per una banda no volguer abandonar les muntanyes i per altra, recordant totes les vivències viscudes.
Jo crec que no existeix un Adeu per l'Everest i que serà un fins a la propera!
Impressionant la gran quantitat de ponts que vas passar durant la ruta; així com també les precioses vistes que et van acompanyar!
Sento admiració pels pilots que aterren diariament a Lukkla, sóc grans professionals.
Aquest viatge ha marcat un abans i un després a la teva vida; per molts motius!!! Sempre portaràs en el cor i en els pensanent aquest espectacular trekking!
Petons!!
Txell
Hola Txell,
EliminarCom ja vas veure, vaig tornar d'aquesta aventura en solitari molt canviat, amb una manera de veure la vida molt diferent i amb una calma interior que no habia tingut mai, ha sigut una de les experiències més enriquidores de la meva vida.
I tant que tornaré, però en aquesta ocasió no serà sol, ja saps que la meva il·lusió seria fer aquesta mateixa ruta en uns anys en familia, tu, jo i el petit que vidrà, sempre i quan li agradi la muntanya tant com als seus pares.
Els pilots que aterren a Lukla son una pasada, fan que aterrar en aquest aeroport sembli fàcil.
Molts petons!!!
Yeeaaahhhh David!!
ResponderEliminarAventura acabada como acabó; espectacular. Todo allí es diferente, sus gentes, montañas, costumbres, colores, sabores... un sinfín de amalgamas que hacen de este viaje un cambio, como dices, en las personas sensibles que saben captar su esencia. Y tu te lo has llevado grabado en el corazón, pensamientos y en la piel, jeje.
Vaya fotaza del Cho Oyu en la etapa 14,endendiendose con las primera luces, y de la aldea de Phortse, pues que coincido con los compañeros, se halla en un lugar increíble, y que decir del Taboche, con esa ya te hubieras conformado de coronarla, me ha gustado esa foto de un porteador llevando rollos de papel higiénico, con esos bastes de madera y joder, ya molaría tener el salón de casa decorado como el lodge de Lukla.
Ahí si que te desquitaste, toma burguer y cerveza al canto, aunque para cantar lo de estar sin ducharse, jajaja.
Bueno David me alegra un motón que se halla cumplido uno de tus sueños, ahora a esperar esa otra aventura que s avecina en un país llamado Quim.
Namaste!!
Hola Javi,
EliminarTan solo que te guste un mínimo la montaña y descubrir rincones y culturas nuevas, este viaje es uno de esos que te marcan y te hacen ver la vida de una forma diferente, además es tal y como dices, es una experiencia que siempre llevaré en mi corazón.
Pues aunque parezca mentira, la foto del Cho Oyu encendido está hecha detrás del cristal de la ventana del lodge de Gokyo, una pasada las vistas que tenía cada mañana mientras desayunaba... jejeje
Uno no sabe con que foto o con que rincón quedarse, si bien es cierto que hay lugares que marcan más que otros, como la aldea de Phortse, el Taboche, el Ama Dablam o el incomparable emplazamiento donde se encuentra Gokyo con sus lagos.
No veas lo bien que entró la hamburguesa cuando llegué a Kathmandú, aunque no se si me sentó mejor eso o las duchas que me pegué, que no veas las ganas que tenía yo de quitarme toda la mugre... jajaja
Ahora a ver que tal se nos da con la gran aventura de nuestras vidas que empezará en Julio, que esa me da más respeto que subir el K2 en invierno, sin crampones y en gallumbos... jajaja
Namasté!!!
Enhorabuena David.
ResponderEliminarTodo principio tiene su fin y en está última etapa toco pasar de nuevo por los famosos puentes colgantes, que miran que son largos! en una día fantástico, que te permitió disfrutar por última vez de la estampa del Everest.
Por cierto, si para aclimatarse toca caminar despacio, para cuando se pierde desnivel, se nota?.
Un saludo
Muchas gracias Eduardo,
EliminarEl respeto que me daban al principio los puentes y con que soltura los pasaba ahora, parece mentira... jejeje
Pues al estar aclimatado te puedo asegurar que iba como si llevara un petardo en el culo, no me cansaba nada en las subidas, y los porteadores que a la ida me pasaban como si estuviera parado, ahora era yo el que los pasaba al llevar mucho menos peso que ellos. Incuso noté los primeros síntomas de intoxicación por oxígeno, que son similares a estar con el puntillo, es muy curioso.
Salud y montaña.