Portbou, justo en la frontera con Francia, además de tener un importante
papel estratégico durante la II Guerra Mundial, es un espectacular enclave
situado entre montañas, acantilados y el Mediterráneo, donde la conjunción entre
mar y montaña alcanza un nivel superior.
Hacía mucho
tiempo que tenía esta ruta en mente, pero al ser Portbou uno de los lugares de
Catalunya donde más fuertes soplan los vientos, había que buscar un día que la
tramuntana no pegara mucho, y finalmente ese día llegó en el segundo de mis días
de vacaciones.
La ruta en cuestión consistía en recorrer todo el
perímetro del término municipal de Portbou, que avanza por un cordal que crea
una especie de valle o cañón, que desemboca entre dos zonas de acantilados, la
Badia de Portbou, justo donde encontramos la población.
Al ser una
ruta que me pilla algo lejos, madrugo bastante para ir en busca de Portbou,
donde dejaré el coche a las afueras del pueblo, muy cerca del GR-92, que tiene
su inicio-final en Portbou, para ir en busca de la Platja de Portbou. que
presenta un aspecto precioso, con las primeras luces anaranjadas del
amanecer.
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Comenzamos callejeando por el bonito pueblo de Portbou |
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Llegamos a la Platja de Portbou o Platja Gran |
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Ahora iremos en busca de esa caseta, situada en la Platja Petita |
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Estas vistas y la soledad, junto al sonido hipnótico de la olas, hacen que uno pierda la noción del tiempo |
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Un grupo de cormoranes nada a sus anchas por estas tranquilas aguas |
Desde aquí vamos en dirección Norte en busca de un estrecho
y colgado Camí de Ronda que nos irá llevando de cala en cala, a cual más
espectacular, donde también descubriremos alguna cueva, una de ellas frecuentada
por piratas en el pasado. Os remito a las fotos, donde os iré nombrando cada uno
de los lugares para que os deleitéis con el espectáculo del amanecer.
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Ahora avanzaremos pegados a los acantilados, nada recomendable ir por aquí un día de mala mar |
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Ya os aviso, durante este tramo no pararéis de ver fotos, la cámara echaba humo |
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Vamos dejando atrás Portbou |
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Me encanta caminar por estos senderos que el mar va empapando con sus olas |
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Como todo Camí de Ronda, encontramos tramos adecuados con escaleras |
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Los amaneceres del Mediterráneo son sublimes |
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Si miramos a lo lejos, podemos ver el camino por el que avanzaremos |
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Esta curiosa pasarela la pasaremos en breve |
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Y tras cruzarla llegamos a Les Tres Platjetes |
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Donde dan ganas de sentarse a contemplar el espectáculo |
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Cerramos un poco el zoom para dar protagonismo al anaranjado y dorado del amanecer |
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Los senderos de alta montaña o que cruzan frondosos y húmedos bosques me encantan, pero estos, bien pegados al mar, no se quedan a la zaga |
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El camino nos lleva a visitar la Cova de les Rates |
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¿Entendéis porqué no pude parar de hacer fotos...? |
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Portbou cada vez se ve más pequeñito |
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No paran de ir apareciendo pequeñas e idílicas calas |
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Como esta de la Platja del Pi, que nos regala una brutal postal |
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La verdad es que me chiflan estas playas de rocas |
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Ahora el camino nos lleva por un tramo colgado |
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Y si en cierto punto nos desviamos un poco del sendero, podemos bajar a ver la Cova del Pirata |
Tras
dejar atrás la Cova del Pirata cogemos un bien marcado sendero que nos llevará
bien pegados a los acantilados, donde tendremos que apoyar las manos en algún
punto, siempre con cuidado de no ponerlas encima de alguna chumbera, y siempre
disfrutando de las impresionantes vistas que nos regala este precioso camino.
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Ahora ya dejaremos el sendero colgado para avanzar por terreno más cómodo, pero no por ellos menos hermoso |
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Una mirada atrás para ver el camino recorrido |
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Y la vista adelante para observar el que nos queda por recorrer |
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Llegamos al punto de salida de la Badia de Portbou |
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Para ganar el cordal, en lugar de avanzar por la vaguada, el sendero nos lleva pegados a los acantilados |
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Cosa que nos regala unas brutales vistas |
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Ahora tendremos que andar con cuidado con las chumberas |
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Ya que en algún tramo nos tocará apoyar las manos |
Después
de la dura subida, por fin llegamos a la cima del Puig de Cervera, donde
encontramos una caseta, que resulta ser un antiguo puesto de vigilancia de la
Gestapo de la Alemania Nazi, un rincón, que además de unas impresionantes
vistas, nos empapa de historia reciente, por lo que decidimos parar para
descansar y comer algo, que aun nos quedan una cuantas horas de ruta.
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Poco a poco vamos ganando altura |
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Hasta llegar al Puig de Cervera, donde un inmenso Mediterráneo nos saluda |
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Las vistas al Sur y a Portbou son impresionantes |
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Hacia el Oeste podemos ver el cordal que recorreremos ahora |
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Y al Norte, el pueblo de Cerbère o Cervera |
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Antiguo puesto de control y vigía de la Gestapo |
Una
vez hemos acabado de comer nuestro pequeño tentempié, nos ponemos de nuevo en
danza, ya que ahora nos tocará recorrer el cordal en dirección Oeste,
intercambiando las vistas entre el Portbou, al Sur, y Cerbère, al Norte. Por el
cordal, pasando primero por el Coll de les Fresses, para finalmente ir en busca
del Coll dels Belitres, donde encontraremos un par de bunkers de la Línea P, así
como un memorial en recuerdo de los republicanos españoles.
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Comenzamos a avanzar |
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El mar no se quiere despedir de nosotros |
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Coll de Les Fresses |
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El cuello nos va reventar tanto mirar a izquierda y derecha |
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La Torre de Querroig ya es bien visible |
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Al Norte podemos divisar la estación de tren de Cerbère, que se une a la de Portbou por un túnel, formado uno de los enlaces ferroviarios más importantes de Europa |
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Espectacular bunker, que aun conserva parte de la torreta |
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Por esta puerta se accedía a su interior |
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Ciertamente, impresiona verlo tan bien conservado |
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Memorial a los republicanos españoles que lucharon en la II Guerra Mundial |
Ahora
iremos avanzando por pista o camino ancho hasta dar con el Coll de la Fareille,
casi siempre por vertiente francesa, y con nuestro siguiente objetivo siempre
bien presente justo delante, la Torre de Querroig. Un tema interesante es que
justo antes de llegar al collado, podemos encontrar abetos, sí, abetos,
impresionante teniendo en cuenta que estamos a escasos 300 metros de altura.
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Ahora toca avanzar un poco por pista |
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Pero eso no significa que el entorno pierda belleza |
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A ratos transitaremos por la vertiente francesa |
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Y a ratos por la catalana |
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Pero que es lo que veo... ¿un abeto? |
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Coll de la Farella |
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Que nos permite deleitarnos con el valle que forma todo el circo que rodea Portbou |
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Y efectivamente, son abetos, y unos cuantos |
Nada
más pasar el Coll de la Fareille tendremos que estar muy atentos, ya que a
nuestra izquierda, justo a nuestros pies, podemos encontrar el Dolmen del Coll
de la Fareille, un pequeño dolmen que se une a los varios que se encuentran en
la zona, pero todo y pasar cerca de muchos, este será el único que
visitaremos.
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Dolmen del Coll de la Fareille |
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Nos salimos un poco del camino para observarlo mejor |
El camino ahora nos lleva por un bonito sendero que va
ganando altura poco a poco pero sin pausa, en el que disfrutaremos de muchos
cambios de vegetación, y que conforme vayamos avanzando nos dejará ver las
ruinas de la Torre de Querroig, que desde esta vertiente parece de muy difícil
acceso.
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En este tramo el camino es precioso |
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Cada vez está más cerca la Torre del Querroig |
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Mientras ascendemos no podemos olvidarnos de mirar atrás o nos perderemos estas brutales estampas |
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Lo dicho, mejor poner el modo Slow Mountain y disfrutar |
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Este tipo de senderillos son mi debilidad |
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Ahora sí que estamos bien cerca de nuestro siguiente objetivo |
Al rato llegamos al Coll de Querroig, donde cogeremos un
descompuesto sendero, que en rápido ascenso, nos llevará a la cima de la Torre
de Querroig, donde encontraremos las ruinas del Castell de Querroig.
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Menudo mirador que tenían en el castillo |
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Oteamos un poco al Norte |
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Ahora al Este, con Cerbère y Portbou controlados |
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Al Oeste, el Canigó es quien se lleva todas las miradas |
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Nos damos un paseo por el complejo para ver detalles como las murallas del castillo |
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El Canigó lo encontramos con una boina que no se quitará en toda la mañana |
A
continuación os transcribo el cartel informativo que encontramos en el Coll de
Querroig y que nos explica lo que podemos ver en la cima:
El conjunto consta de los vestigios de un castillo edificado a finales del S
XIII por el Comte d'Empuries y concedido el 1303 al caballero Bernat de
Rabós, Senyor de Cervera. Su hija Francesca, nacida en el castillo, recibió
la orden de realizar una restauración en el 1355.
La torre, circular, y de la que hay constancia desde el 1543, fue
construida posteriormente, aseguraba la conexión con la red de torres de
señales de los reyes de Mallorca, y aseguraba la conexión con la Catalyna
Sud.
La arquitectura de las troneras hacen pensar que el castillo fue reordenado
en el siglo XVI.
Tras un rato disfrutando de las ruinas toca volver a descender, y es
aquí donde empieza la liada tradicional de las rutas del blog...
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Coll de Querroig |
El
caso es que el sendero rodeaba la cima secundaria del Querroig, en la que hay
un vértice geodésico, pero mi idea no era hoyarlo, el tema es que vi que en
uno de los salientes podía apoyar la cámara y hacer un zoom hacia el Canigó,
por lo que me acerqué, y tras hacer la foto y ver que la cresta era muy
sencilla, me engorilé y a ella que me fui.
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Esta foto fue la culpable de la liada |
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Pero valió la pena, aunque solo fuera por eta bonita postal de la Torre de Querroig |
Hasta aquí todo normal,
el tema es que en vez de volver sobre mis pasos decidí seguir la misma al ver
que se intuía una trocha, el problema es que la misma desaparecía de golpe
entre la vegetación y una empinadísima caída, por lo que me tocó ir por donde
me pareció más coherente, trochemoche incluido, como no, hasta dar con el
sendero, que por suerte casi siempre tuve a la vista.
Ya de nuevo
en el camino, vamos avanzando sin problemas por el amplio cordal que nos ha de
llevar hasta el Pla del Ras.
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El terreno cada vez es más cómodo, pero las vistas no decaen |
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La calima no nos deja disfrutar de más detalle pero le da un toque especial a las fotos |
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Pla del Ras |
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Desde el que aun podemos observar la Torre de Querroig |
De aquí sale un sendero muy chulo, que
justo por debajo del cordal, nos lleva en busca de una pista muy cómoda de
transitar que va perdiendo cota de forma muy suave, todo ello mientras podemos
observar el Pantà de Portbou, así como todo el cordal de la divisoria
fronteriza y que hemos recorrido pocas horas antes.
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Tras el tramo de pista, avanzar por este sendero es una gozada |
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Pantà de Portou, que recoge todas las aguas de los barrancos del circo |
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Descendemos por un bonito bosque de pinos |
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Todas las caras Norte las encontramos bien húmedas |
Al rato, de
nuevo volvemos a divisar el pueblo de Portbou mientras nos vamos acercando al
Coll del Frare, justo donde nos cruzamos con la carretera, para poco metros
más adelante coronar el Puig del Claper, que nos regala una preciosas vistas
sobre Portbou, la Badia de Portbou y el cordal que une el Puig de Cervera y la
Torre de Querroig.
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Coll del Frare, con vistas a Llançà y el Cap de Creus |
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Al otro lado del valle, la Torre de Querroig |
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Portbou se nos va mostrando poco a poco |
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Tirando un poco de zoom podemos ver la caseta de la Gestapo del Puig de Cervera |
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Una pequeña panorámica para poder contemplar todo el cordal recorrido |
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Si antes veíamos la estación de Cerbère, ahora le toca a la de Portbou |
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El Puig del Claper ya lo tenemos a tocar |
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Que nos regala una brutales vistas a Llançà, el Port de la Selva y el Cap de Creus |
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Así como de la Badia de Portbou |
Para ir en busca de Portobou iremos en busca de
un senderillo que desciende de forma muy directa por la ladera que da al mar
del Puig del Claper, por lo que os podéis imaginar las impresionantes vistas
que podremos disfrutar durante el descenso.
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Vamos descendiendo por un sendero flanqueado por chumberas |
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Cada vez tenemos más cerca Portbou |
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Visto de aquí, impresiona el ascenso que se ha de realizar para ganar el Puig de Cervera desde el mar |
Apunto de llegar a
Portbou el sendero nos va llevando al memorial a Walter Benjamin, filósofo
judío alemán, que huyendo del nazismo llegó a Portbou, y viendo que no podría
llegar a Portugal para embarcar hacia américa, su objetivo, decidió suicidarse
allí, motivo por el que, al cumplirse 50 años, se construyó este memorial que
trata de un pasadizo que se adentra en la tierra por una escalinata y que
termina en una cristalera que cae al vacío sobre el mar, la verdad es que
bajar por ella da bastante yuyu.
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Memorial a Walter Benjamin |
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La verdad es que bajaba acojonado |
Tras la visita al memorial
continúo callejeando por Portbou hasta dar de nuevo con el coche y dando por
terminada esta espectacular ruta.
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Aunque solo sea por estas vistas, ya merece la visita al memorial |
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Y tras unas horas, ya estamos de regreso a Portbou |
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Y como no podía ser de otra manera tras un gran ruta, al llegar a casa una rica Paulaner |
Sin lugar a dudas fue la ruta más
impresionante de mi semana de vacaciones, y es una de aquellas que recomiendo
al 100%, incluso si no se dispone de mucho tiempo, siempre se puede hacer la
primera parte hasta el memorial a los republicanos y luego volver a Portbou
por el GR-92.
A continuación os hago un pequeño resumen de los
números de la ruta:
- Tipo de ruta: Circular
- Dificultad técnica: Media
- Dificultad física: Fácil
- Distancia: 17,88 Km
- Punto más alto: 672m
- Punto más bajo: 0 m
- Desnivel positivo: 1.000 m
- Desnivel negativo: 1.000 m
- Desnivel acumulado: 2.000 m
- Cimas ascendidas: 4
- Tiempo empleado: 4 horas 47 minutos
- Tiempo en movimiento: 3 horas 48 minutos
- Velocidad media: 3,74 Km/h
- Ritmo: 16:02 min/Km
Os adjunto el track de Wikiloc de la ruta:
Portbou - Puig de Cervera - Torre de QuerroigSaludos!!!
Hola David.
ResponderEliminarQué maravilla de entrada. Empezando por esa colección inicial de postales del precioso amanecer mediterráneo del que tuviste la suerte de disfrutar, qué colores tan chulos y qué bonitas fotografías sacaste, lo dicho, postales. Y luego el recorrido por el cordal, que se intuye rompepiernas, y que además de regalarte bonitas vistas hacia el mar también te puso al corriente de la historia del lugar (curioso que en la misma sierra hayan tanto vestigios bélicos como megalíticos). Y qué pasada, que de estar viendo el mar, y de golpe y porrazo, aparezcan los Pirineos, con el mítico Canigó a la cabeza. Un rutón lleno de momentazos, me ha encantado!!
Ah, y veo que no faltó tu habitual liada, y esta vez con la amenaza de las chumberas, que menos mal que no te pinchaste con ellas, sino no hubieses podido sujetar ese copón de Paulaner jajaja.
Un abrazo.
Hola David.
ResponderEliminarEntrada para gozarla, macho! Tiene de todo y al hacerla bien prontito, todo el amanecer para tí. Recien llegados de Menorca, estamos maravillados con el senderismo costero; ese siempre menos reconocido, pero como lo pilles con las condiciones ideales, poco o nada masificado, poco calor y poca humedad, te hace maravillarte con una rutazas, como pueden ser por la Costa Brava o la Costa Menorquina.
Uno de los proyectos que tenemos Maru y yo de vacaciones es irnos para Mayo por allí y hacer rutas tanto costeras como montañeras del interior.
Además, tus rutas son ideales para hacerlas, porque en esos 18 km has metido de todo, aparte del ese sendero costero genial, castell con vistas increibles, vistas a Pirineos, bunker nazis, senderillos enfoscados, paseo por los pueblos, un poquito de Historia (triste por cierto con lo de Walter Benjamin) y, por supuesto, fresquitas Paulaners!!
Ah todo esto, David, voy a pedirte que nos prestes tu track del wikiloc de la subida a la Peña Montañesa, que, si nada se tuerce, subiremos Maru y yo en un par de semanas ;-)
Salud y viva tus rutas!!
Hola David.
ResponderEliminarMuy bonita toda esta zona, hemos estado varias veces y nos ha gustado mucho, aunque, rutas las hemos realizado en la zona del Cap de Creus. La verdad es que Portbou, está bien escondido, cuesta llegar.
De la circular, pues bien maja, recorrer la costa, es una gozada y más si es por sendero, por el que caminar, disfrutando del amanecer y el mar. El Cami de Ronda, solo he recorrido algún tramo pequeño, en San Feliu de Guixols y Tossa de Mar y está muy bien pensado.
Me ha resultado curioso, el puesto de vigilancia de la Gestapo de la Alemania Nazi y los abetos, lo que es un clásico de la zona, son los monumentos megalíticos.
Y para rematar la jornada, esas vistas hacia los pirineos, con el Canigó, como máximo exponentes, por lo que mereció la pena la liada, aunque al final, se nos va hacer raro, cuando no te líes 😆.
Salud y montaña.